Alan Shoemaker fue uno de los primeros “gringos” que se establecieron en Iquitos para aprender chamanismo ayahuasquero bajo la guía de un maestro nativo.

Desde 1991, ha sido un excepcional testigo de cómo el modesto trabajo de los curanderos se ha convertido en el gran negocio de los albergues (él mismo tiene uno, Vine of the Soul, y organiza cada año en Iquitos una conferencia internacional de chamanismo). En esta entrevista advierte de que el negocio de los albergues de la ayahuasca (comprensible, inevitable) puede degenerar con facilidad en un abuso, en una estafa; subraya la importancia del efecto placebo en los procesos de curación chamánica; reflexiona sobre la creciente escasez que afecta a las plantas de ayahuasca y chacruna… Y mucho más.